¿Los parámetros y la IA dominan el mundo?
28 de noviembre, 2024
Sobre el autor

Edwin González Meza es Doctor en Construcción y Tecnología Arquitectónicas y Maestro en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid. Licenciado en Arquitectura y Maestro en Tecnologías de la Arquitectura por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Miembro de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México capítulo Puebla (AIAM). Tiene más de 21 años de experiencia profesional en diferentes empresas. También es miembro del Colegio de Arquitectos de Puebla (CAPAC), de la International Association for Shell and spatial Structures (IASS) y la Association for Computer Aided Design in Architecture (ACADIA). Así mismo, pertenece al Sistema Nacional de Investigadores SNI nivel 1.

Hablar de inteligencia artificial y de parámetros desde la perspectiva del diseño es adentrarse en un mundo donde los sistemas complejos deben coexistir para producir resultados eficientes y creativos. En este contexto, los parámetros no son solo elementos técnicos; son las reglas, límites y variables que dan forma a cómo interactuamos con el mundo y, cada vez más, a cómo las máquinas y los sistemas interactúan con nosotros. Para entender cómo funciona este sistema, es fundamental reconocer que el mundo está lleno de parámetros, y que estos no solo organizan nuestro entorno, sino que moldean nuestras decisiones, comportamientos y aspiraciones.

En términos generales, un parámetro es una referencia o un conjunto de reglas que delimita un proceso. En el diseño, estos parámetros pueden incluir medidas, materiales, límites funcionales o incluso valores estéticos. Sin embargo, en la era de la inteligencia artificial, el concepto se expande significativamente. Los parámetros en un modelo de inteligencia artificial, como en el aprendizaje automático, son las variables que la máquina ajusta para mejorar su capacidad de realizar tareas específicas, como identificar patrones, predecir comportamientos o generar soluciones. Estos parámetros permiten que el sistema aprenda y optimice su desempeño, convirtiéndose en una herramienta poderosa, pero también en un elemento que plantea preguntas éticas y prácticas sobre su implementación.

La omnipresencia de los parámetros

El mundo está lleno de parámetros, desde las leyes de la física que rigen el universo hasta las normas sociales que influyen en nuestras interacciones. Estos parámetros nos ayudan a comprender y navegar por la complejidad del mundo, proporcionando estructura y previsibilidad. Sin embargo, en el ámbito del diseño y la inteligencia artificial, los parámetros no solo describen el mundo; lo transforman.

En el diseño, por ejemplo, los parámetros se utilizan para establecer restricciones y definir objetivos. Un arquitecto puede trabajar con parámetros como el clima, el presupuesto, las necesidades del cliente y los códigos de construcción para crear un edificio funcional y estéticamente agradable. De manera similar, un diseñador de productos utiliza parámetros para equilibrar la forma, la función y la fabricación. Pero cuando integramos la inteligencia artificial en el proceso de diseño, los parámetros adquieren una dimensión nueva y dinámica. En lugar de ser estáticos, se vuelven adaptativos, aprendiendo y evolucionando en función de los datos y los objetivos.

Esto plantea una pregunta fundamental: ¿Quién define los parámetros? ¿Y cómo aseguramos que estos parámetros sirvan para el beneficio de las personas? En el diseño tradicional, los parámetros suelen ser definidos por los diseñadores o las partes interesadas. Pero en los sistemas de inteligencia artificial, los parámetros a menudo son determinados por algoritmos entrenados en datos que pueden contener sesgos o suposiciones implícitas. Esto puede llevar a resultados que, aunque técnicamente eficientes, no siempre son equitativos o inclusivos.

Los parámetros y su impacto en las personas

Para lograr procesos más eficientes adaptados a las personas, no basta con entender el valor técnico del parámetro. Es necesario comprender cómo el parámetro puede beneficiar a las personas y cuál es el proceso que mejor se adapta y aplica a la solución buscada. Esto requiere un enfoque centrado en el usuario, donde los parámetros no solo sean herramientas para optimizar un sistema, sino también medios para mejorar la experiencia humana.

Un ejemplo claro de esto es el diseño paramétrico en la arquitectura. Este enfoque utiliza algoritmos y parámetros para generar formas y estructuras que serían imposibles de crear mediante métodos tradicionales. Pero el verdadero potencial del diseño paramétrico no radica solo en su capacidad para producir formas innovadoras, sino en su habilidad para responder a las necesidades humanas. Por ejemplo, un edificio diseñado con parámetros que consideran el flujo de aire, la luz natural y el uso eficiente de los materiales puede proporcionar un entorno más saludable y sostenible para sus ocupantes.

De manera similar, en la inteligencia artificial, los parámetros pueden ser utilizados para personalizar servicios y productos, adaptándolos a las preferencias y necesidades individuales. Desde recomendaciones de películas hasta diagnósticos médicos, los parámetros permiten que los sistemas sean más precisos y relevantes. Sin embargo, esta personalización también puede tener un costo. Si los parámetros no se diseñan con cuidado, pueden reforzar los sesgos existentes, limitar la diversidad de opciones o invadir la privacidad de los usuarios.

El equilibrio entre eficiencia y creatividad

Una de las mayores promesas de los parámetros es su capacidad para combinar eficiencia y creatividad. En el diseño, la eficiencia a menudo se asocia con la reducción de costos, el ahorro de tiempo o la optimización de recursos. Sin embargo, la creatividad requiere flexibilidad, experimentación y la capacidad de explorar lo desconocido. Los parámetros bien diseñados pueden reconciliar estas dos fuerzas, proporcionando un marco estructurado que también permita la innovación.

En la inteligencia artificial, esto se ve en sistemas generativos como el diseño asistido por computadora (CAD) o los modelos de lenguaje como ChatGPT. Estos sistemas utilizan parámetros para generar ideas, soluciones o contenidos que pueden superar las capacidades humanas en términos de velocidad y escala. Pero para que estos sistemas sean verdaderamente útiles, los parámetros deben ser diseñados de manera que fomenten no solo la eficiencia, sino también la originalidad y la relevancia.

El futuro de los parámetros

A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más impulsado por la inteligencia artificial y los sistemas complejos, los parámetros jugarán un papel central en la forma en que diseñamos y vivimos nuestras vidas. Esto plantea desafíos importantes en términos de transparencia, responsabilidad y equidad. ¿Cómo garantizamos que los parámetros reflejen valores éticos y no solo objetivos técnicos? ¿Cómo aseguramos que los sistemas paramétricos sean accesibles y beneficiosos para todos, no solo para unos pocos?

Para responder a estas preguntas, necesitamos un enfoque interdisciplinario que combine el conocimiento técnico con una comprensión profunda de las necesidades humanas y las implicaciones sociales. Esto implica no solo diseñar parámetros más inteligentes, sino también educar a las personas sobre cómo funcionan y cómo pueden influir en sus vidas.

En última instancia, los parámetros no dominan el mundo por sí mismos. Son herramientas creadas y gestionadas por humanos, y su impacto depende de cómo los utilizamos. Al entender y diseñar mejor los parámetros, tenemos la oportunidad de crear sistemas que no solo sean más eficientes, sino también más justos, creativos y humanos.